Una rosa y un adiós
Marchitó aquella hermosa flor.
¡Qué triste miraba desde una esquina en el cuarto!,
¡Qué triste cuando de dos cuerpos moría el amor!
Se ahogaba en llanto, se llenaba en desilusión,
Que al rayo solar del alba miraba con desdén,
Y a la luna con resignación.
El tiempo marchitaba sus esperanzas,
Y su belleza caminaba en la putrefacción.
¡Qué triste nacer para alguien que se dice adiós!
Y ser aceptado con hipocresía,
Tan solo por salvar una relación.
Triste, triste arrojaba sus pétalos a la gravedad,
Sabiendo que ni una sola palabra sería su salvación.
Pensó vivir como aquella pareja pensaba en su relación,
Y perdió triste la vida, muriendo por esos dos.
Escrito por: Christo Herrera
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