Renacimiento




¿Ves la gota de lluvia que rueda por el filo de esa hoja?
¿Y ves que la hoja pertenece a un árbol?,
¿Las ves?
Quizá viste también la selva que habita tras el árbol, la hoja y la gota de lluvia.
Ahora, ¿escuchaste los sonidos de la selva? Un pajarito silbando, grillos estridular.
¿Oíste eso?
Una diminuta rama se partió en las tenazas de un escarabajo,
Mientras la gota de lluvia rueda por el filo de la hoja.
Rueda y rueda, lentamente, ¿La ves?
No es necesario que te tomes la molestia de ver al escarabajo partir la rama, ni a los pajaritos silbar, ni a los grillos, que están por todas partes, estridulando.
¡Solo mira la gota de lluvia! La naturaleza seguirá su curso, hará lo suyo,
Así que no prestes atención a nada más.
Rueda y rueda la gota de lluvia.
Ahora, la neblina cubrió todo a su rededor,
Una neblina que refresca, que posa más gotas, sobre más hojas:
Millones y millones de gotas sobre hojas.
Todas rodando, pero tú y yo, estamos viendo esa gota, sí, igual a todas, pero distinta.
¡Mira!, ha llegado hasta la punta de la hoja,
Se mantiene allí, abraza a la hoja,
Una pequeña brisa la suelta, cae,
¡Cuánto recorrido para una simple gota de lluvia!
Los grillos estridulan, los pajaritos silban, los escarabajos rompen ramas, las hormigas cargan pedazos de hojas, la naturaleza sigue, la gota de lluvia, también.
Cae al suelo, sobre una tierra húmeda y cubierta de hojas, algunas marchitas, otras, verdes aún.
Sale el sol, desaparece la niebla.
¿Te olvidaste de la gota de lluvia?
¿No la encuentras?
Mutó, subió al cielo,
¡Ella nos mira ahora!

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